¡Qué
contenta estoy de haber cursado esta asignatura! Echando un vistazo general,
podría decir que me ha resultado bonita, entretenidísima y me ha aportado
multitud de aprendizajes nuevos que, estoy segura, voy a utilizar muchísimo a
lo largo de mi vida laboral y personal.
BLOQUE I: Libros infantiles de autor.
Análisis y selección.
El
aprendizaje por excelencia que resalto de todo el contenido de este primer tema
es la diferencia entre Literatura y
Paraliteratura.
Hasta el momento, no tenía ni idea de la existencia de este término propuesto
por Marc Angenot en 1975. Al principio incluso me pareció muy confusa la
definición de ambos conceptos. No entendía la diferencia. De ahí mi sorpresa al
darme cuenta que, alguna compañera que otra, se equivocó en la elección de su
libro para analizar (actividad que se nos pedía). Yo, para que esto no me
pasara, escogí un libro que sabía con seguridad que era literario. Sin embargo,
fue en clase donde por fin pude aclarar todas mis dudas.
También,
tras realizar el análisis sobre mi libro, comenté algunos trabajos de mis
compañeras. Dichos comentarios y sus correcciones, desembocaron en otro gran
aprendizaje que me llevo en mi mochila de “literatura infantil”: la diferencia entre libro y cuento. Para mí, todo libro que narraba una
historia para niños automáticamente era catalogado como “cuento”. ¡Qué gran
error! Desde entonces utilizo el termino libro de forma correcta. Hoy en día
puedo decir que hasta me “chirria”, cuando alguna compañera de trabajo (por
ejemplo) utiliza el término cuento indiscriminadamente.
Me encantó
el breve recorrido a lo largo del tiempo de la literatura. Sin duda, es una
base magnífica para enfrentar esta asignatura. Conocer los nombres de autores
que impulsaron estos géneros me hizo ponerme manos a la obra e investigar
acerca de ellos. ¡Alucinante!
BLOQUE II: Textos folclóricos. Selección
y adaptación.
Para mí, este
segundo tema es mágico. Leer acerca de leyendas, mitos, fábulas o la manera en
la que antes los cuentos se trasmitían de boca en boca es apasionante. Siempre
me ha atraído mucho las épocas pasadas. Oír hablar de hace años me apasiona, ya
sea en un libro que cuenta la historia del siglo de oro u oír a mi abuela
hablando de cuando ella era niña. Y este tema tiene ese encanto de antaño. De
cuando no había libros físicos que elegir para contar antes de ir a dormir. Donde
los cuentos eran fantásticas historias que se narraban alrededor de una
chimenea y nunca eran iguales, pues la memoria hacia las funciones de papel y
tinta.
Pienso
que los “cuentos maravillosos”, deberían estar más integrados en las aulas;
porque, sí, están compuestos de personajes estereotipados, es cierto, el príncipe
fuerte y talentoso siempre salva a la princesa bella y delicada, pero ¿y qué? Forma
parte de su gran encanto. A mí me parecen relatos preciosos que debemos guardar
con esmero porque, la verdad, creo que tienden a desaparecer, y es una pena. Y
si esta es la realidad de los textos folclóricos, imagínate el teatro y la poesía,
que son dos géneros con mayor dificultad para ser trabajados e integrados como
parte del aprendizaje en un aula. Es una lástima.
Cuando
yo era pequeña, aproximadamente a la edad de 9 años, en el colegio tenía una
asignatura que se llamaba “Dramatización” y la recuerdo con mucho cariño. Aprendíamos
poesías, hacíamos teatro, cantábamos… una asignatura que dedicábamos únicamente
al arte de la literatura. Mi colegio era más bien tradicional, y ante un trato
estricto y sin grandes manifestaciones de cariño del profesorado hacia los
alumnos, imaginaos cómo recibíamos esas clases mis compañeros y yo. Era como
una bocanada de aire fresco el hecho de que apareciera una profesora simpática,
alegre, con ganas de hacérnoslo pasar bien y nos enseñara obras y composiciones
de este tipo. Al leer e interesarme por el teatro y la poesía folclórica
infantil, me acuerdo de las clases de dramatización que yo adoraba.
Cambiando de
tema, me fascina mucho cuando oigo a alguien decir lo aburridos que son los
cuentos tradicionales como Caperucita roja, Blancanieves u otros no tan
populares. Estoy segura de que no saben que lo que hoy en día le contamos a los
niños son meras adaptaciones de cuentos que en su día iban destinados a la
infancia, pero se componían de hechos violentos y hasta macabros. Historias
donde el veneno estaba a la orden del día, o los finales no trataban de felices
casamientos.
La
actividad, que en este segundo tema se nos pidió, no me resultó tan fácil como
en mi pensamiento parecía. De hecho, me tocó repetirla y modificar lo que yo
creía que era una adaptación. Y es que si no has entendido bien la diferencia
entre adaptación y versión, la línea que las separa es tan fina, que es muy fácil
sobrepasarla y equivocarte al querer hacer una cosa u otra. Qué suerte la mía
al toparme con esta actividad que me enseñó la diferencia entre ambas cosas y,
además, darme cuenta que la adaptación es algo que yo uso a diario a la hora de
narrar alguna historia a mi alumnos. Son muy pequeños y la mera lectura de un
libro hace que enseguida pierdan la atención.
Por último,
antes de acabar con este bloque, me gustaría contar que, tanto me ha gustado,
que como trabajo pendiente, he decidido hacer una bibliografía de autores de
textos folclóricos, recopilar todas sus obras y leerme una por una. Pues sin
duda, que en la actualidad tengamos esa información al alcance de nuestra mano
es todo un privilegio.
BLOQUEIII: La hora del cuento.
¡Interesantísimo
el contenido de este bloque! Sobre todo darme cuenta de que, efectivamente, hay
libros donde la mejor estrategia de transmisión es la lectura al pie de la
letra, cosa que yo nunca acostumbro a hacer. Normalmente mi público infantil es
de muy corta edad (1 ó 2 años) y siempre tiendo a narrar los cuentos apoyándome
en las imágenes y recurriendo mucho a la interacción para que, los niños, no
pierdan la atención durante toda la historia. Pero la lectura de “Un bicho
extraño” o “…y llegó Eric” (el libro que eligió mi compañera Gabriela) me hizo
darme cuenta que hasta ahora, no me había topado con uno de estos libros en los
que, el elegir para su transmisión otro tipo de estrategia hace que pierda el
encanto que le brinda su escritor.
También me
paré a pensar la multitud de pequeñas estrategias que a diario uso a la hora de
narrar una historia, como la modulación de la voz, los gestos, las pausas, el
cambio de ritmo… son cosas que yo simplemente hago para enriquecer una
narración y que los niños me piden sin palabras. Si veo que empiezan a perder
la atención les pregunto, o me hago la sorprendida echando mano de alguna exclamativa onomatopeya. Infinidad de
pequeñas aportaciones que forman la calidad de una narración.
Y como no, tras
el trabajo de este tema, aún me fijo más si cabe en la forma que tienen mis
compañeras educadoras de transmitir historias. Y es que me horroriza, como a
edades tan tempranas se le echa la culpa al niño por no mostrar interés ante
una narración. En estos casos, no existe la opción de hacer un poco de
autoevaluación y pensar que, la culpa de ese desinterés no es del niño que de
una manera simple se denomina “niño desobediente” sino que en muchos casos, se
trata de una desmotivación causada por la mala transmisión de contenidos
literarios.
BLOQUE IV: Creación literaria con y
para niños de infantil.
Que tema tan
bonito. Cómo he aprendido a raíz de él. Me ha encantado saber que tengo en mi
poder una gran recopilación de estrategias para crear textos, ya sea prosa,
verso o teatro. Pero lo más entretenido, fue ver que no solo me servirían en un
futuro para aplicarlas dentro de un aula, sino que yo misma puedo hacer uso de
ellas para mis propias creaciones. Bueno, a la vista está en la actividad
entregada. Mis clases de dramatización, antes nombradas, hubieran sido ya excelentes
de haber tenido estos recursos en mis manos. Pero no, nosotros solo nos
dedicábamos a aprender poesías de memoria y luego recitarlas y, aun así, ya me alucinaban.
Imagínate…
He de
confesar que hubo una cosa del contenido que me dejó muy pensativa. Cosa que
seguramente, a muchos les pasó inadvertida y es el caso de un “poema absurdo”,
que de absurdo solo tiene la apariencia, sino que es una mera estrategia del autor para lograr un
fin determinado. Por ejemplo: “El aburrimiento” de Rafael Alberti. Por ello pensé
que la poesía es algo muy subjetivo, y donde algunos ven maravillosas obras,
otros solo un sinsentido. Porque si este poema hubiera sido creado por otra
persona menos consolidada, ¿sería igual de bonito? ¿Se le otorgaría el mismo valor?
Ello me lleva a pensar que la poesía está íntimamente ligada con la imaginación
y la creatividad, pero no solamente para crearla, si no para interpretarla.
BLOQUE V: Biblioteca de aula y rincón
de lectura
Este tema ha
sido el que menor interés me ha suscitado. Quizá porque me ha pillado
finalizando el semestre y estoy más cansada, o tal vez porque ha sido con el
que menos he aprendido. Y con esto no quiero decir que no sea interesante, o
que lo que en él se cuenta no me haya aportado aprendizajes nuevos, pero no me
ha resultado tan atractivo como los bloques anteriores. Y fíjate que paradoja,
porque quizá sea uno de los que más consulte o utilice en mi práctica
profesional, ya que el día que decida hacer una biblioteca de aula, sin duda
desempolvaré mis apuntes y me apoyaré en ellos para realizar un buen trabajo.
Pero sobre todo, he aprendido poniendo en práctica la formación de esta
biblioteca de aula en la actividad numero 5. Me ha sido muy valiosa la
información acerca de los recursos que podemos disponer para hacer un rincón de
lectura.
Como a
diario, soy tutora de un aula de 2-3 años, a pesar de mi aparente desinterés
por este bloque, su lectura me sugirió una actividad que he puesto en práctica.
No se trata de una biblioteca, pero por lo menos acerca a los niños al gusto y al
placer por la lectura, que al fin y al cabo, de eso se trata. Decidí hacer que
cada uno de ellos trajera al aula un libro, pautando las características de éste,
para que se tratara de lectura de calidad. Cada semana lo intercambiamos, de
manera que cada niño se lleva un libro nuevo a casa para leer y posteriormente
vuelve al aula para ser intercambiado por otro. A las alturas de curso en las
que estamos y los pocos recursos con los que cuento, se me ocurrió organizar
esta actividad que, entre nosotros, está siendo un éxito. Cada semana los niños
se llevan a casa ilusionadísimos el cuento de un compañero y hasta los más
locuaces, el día que lo devuelven cuentan ante la clase de qué trata. ¡Bravo!
Para
finalizar mi artículo debo felicitar la maravillosa metodología elegida para
cursarla. Sin duda nadie puede decir que no se trabajan los contenidos a
conciencia, haciendo ver innecesario un examen final donde jugarte la nota a un
todo o nada.
Mucha
gracias Irune, porque cursar esta asignatura de este modo tan motivador y
práctico, supongo no debe ser nada fácil para una profesora que dedica largas
horas a leer, leer y leer un trabajo tras otro. Gracias. Tu práctica de la enseñanza
es un modelo a seguir. Cuánto me hubiera gustado en mi infancia toparme con una
profesora de estas características.