martes, 31 de mayo de 2016

ARTÍCULO FINAL

¡Qué contenta estoy de haber cursado esta asignatura! Echando un vistazo general, podría decir que me ha resultado bonita, entretenidísima y me ha aportado multitud de aprendizajes nuevos que, estoy segura, voy a utilizar muchísimo a lo largo de mi vida laboral y personal.



BLOQUE I: Libros infantiles de autor. Análisis y selección.

El aprendizaje por excelencia que resalto de todo el contenido de este primer tema es la diferencia entre Literatura y Paraliteratura. Hasta el momento, no tenía ni idea de la existencia de este término propuesto por Marc Angenot en 1975. Al principio incluso me pareció muy confusa la definición de ambos conceptos. No entendía la diferencia. De ahí mi sorpresa al darme cuenta que, alguna compañera que otra, se equivocó en la elección de su libro para analizar (actividad que se nos pedía). Yo, para que esto no me pasara, escogí un libro que sabía con seguridad que era literario. Sin embargo, fue en clase donde por fin pude aclarar todas mis dudas. 

También, tras realizar el análisis sobre mi libro, comenté algunos trabajos de mis compañeras. Dichos comentarios y sus correcciones, desembocaron en otro gran aprendizaje que me llevo en mi mochila de “literatura infantil”: la diferencia entre libro y cuento. Para mí, todo libro que narraba una historia para niños automáticamente era catalogado como “cuento”. ¡Qué gran error! Desde entonces utilizo el termino libro de forma correcta. Hoy en día puedo decir que hasta me “chirria”, cuando alguna compañera de trabajo (por ejemplo) utiliza el término cuento indiscriminadamente.  

Me encantó el breve recorrido a lo largo del tiempo de la literatura. Sin duda, es una base magnífica para enfrentar esta asignatura. Conocer los nombres de autores que impulsaron estos géneros me hizo ponerme manos a la obra e investigar acerca de ellos. ¡Alucinante!



BLOQUE II: Textos folclóricos. Selección y adaptación.

Para mí, este segundo tema es mágico. Leer acerca de leyendas, mitos, fábulas o la manera en la que antes los cuentos se trasmitían de boca en boca es apasionante. Siempre me ha atraído mucho las épocas pasadas. Oír hablar de hace años me apasiona, ya sea en un libro que cuenta la historia del siglo de oro u oír a mi abuela hablando de cuando ella era niña. Y este tema tiene ese encanto de antaño. De cuando no había libros físicos que elegir para contar antes de ir a dormir. Donde los cuentos eran fantásticas historias que se narraban alrededor de una chimenea y nunca eran iguales, pues la memoria hacia las funciones de papel y tinta.

Pienso que los “cuentos maravillosos”, deberían estar más integrados en las aulas; porque, sí, están compuestos de personajes estereotipados, es cierto, el príncipe fuerte y talentoso siempre salva a la princesa bella y delicada, pero ¿y qué? Forma parte de su gran encanto. A mí me parecen relatos preciosos que debemos guardar con esmero porque, la verdad, creo que tienden a desaparecer, y es una pena. Y si esta es la realidad de los textos folclóricos, imagínate el teatro y la poesía, que son dos géneros con mayor dificultad para ser trabajados e integrados como parte del aprendizaje en un aula. Es una lástima.
Cuando yo era pequeña, aproximadamente a la edad de 9 años, en el colegio tenía una asignatura que se llamaba “Dramatización” y la recuerdo con mucho cariño. Aprendíamos poesías, hacíamos teatro, cantábamos… una asignatura que dedicábamos únicamente al arte de la literatura. Mi colegio era más bien tradicional, y ante un trato estricto y sin grandes manifestaciones de cariño del profesorado hacia los alumnos, imaginaos cómo recibíamos esas clases mis compañeros y yo. Era como una bocanada de aire fresco el hecho de que apareciera una profesora simpática, alegre, con ganas de hacérnoslo pasar bien y nos enseñara obras y composiciones de este tipo. Al leer e interesarme por el teatro y la poesía folclórica infantil, me acuerdo de las clases de dramatización que yo adoraba.

Cambiando de tema, me fascina mucho cuando oigo a alguien decir lo aburridos que son los cuentos tradicionales como Caperucita roja, Blancanieves u otros no tan populares. Estoy segura de que no saben que lo que hoy en día le contamos a los niños son meras adaptaciones de cuentos que en su día iban destinados a la infancia, pero se componían de hechos violentos y hasta macabros. Historias donde el veneno estaba a la orden del día, o los finales no trataban de felices casamientos.

La actividad, que en este segundo tema se nos pidió, no me resultó tan fácil como en mi pensamiento parecía. De hecho, me tocó repetirla y modificar lo que yo creía que era una adaptación. Y es que si no has entendido bien la diferencia entre adaptación y versión, la línea que las separa es tan fina, que es muy fácil sobrepasarla y equivocarte al querer hacer una cosa u otra. Qué suerte la mía al toparme con esta actividad que me enseñó la diferencia entre ambas cosas y, además, darme cuenta que la adaptación es algo que yo uso a diario a la hora de narrar alguna historia a mi alumnos. Son muy pequeños y la mera lectura de un libro hace que enseguida pierdan la atención.

Por último, antes de acabar con este bloque, me gustaría contar que, tanto me ha gustado, que como trabajo pendiente, he decidido hacer una bibliografía de autores de textos folclóricos, recopilar todas sus obras y leerme una por una. Pues sin duda, que en la actualidad tengamos esa información al alcance de nuestra mano es todo un privilegio.



BLOQUEIII: La hora del cuento.

¡Interesantísimo el contenido de este bloque! Sobre todo darme cuenta de que, efectivamente, hay libros donde la mejor estrategia de transmisión es la lectura al pie de la letra, cosa que yo nunca acostumbro a hacer. Normalmente mi público infantil es de muy corta edad (1 ó 2 años) y siempre tiendo a narrar los cuentos apoyándome en las imágenes y recurriendo mucho a la interacción para que, los niños, no pierdan la atención durante toda la historia. Pero la lectura de “Un bicho extraño” o “…y llegó Eric” (el libro que eligió mi compañera Gabriela) me hizo darme cuenta que hasta ahora, no me había topado con uno de estos libros en los que, el elegir para su transmisión otro tipo de estrategia hace que pierda el encanto que le brinda su escritor.

También me paré a pensar la multitud de pequeñas estrategias que a diario uso a la hora de narrar una historia, como la modulación de la voz, los gestos, las pausas, el cambio de ritmo… son cosas que yo simplemente hago para enriquecer una narración y que los niños me piden sin palabras. Si veo que empiezan a perder la atención les pregunto, o me hago la sorprendida echando mano de  alguna exclamativa onomatopeya. Infinidad de pequeñas aportaciones que forman la calidad de una narración.

Y como no, tras el trabajo de este tema, aún me fijo más si cabe en la forma que tienen mis compañeras educadoras de transmitir historias. Y es que me horroriza, como a edades tan tempranas se le echa la culpa al niño por no mostrar interés ante una narración. En estos casos, no existe la opción de hacer un poco de autoevaluación y pensar que, la culpa de ese desinterés no es del niño que de una manera simple se denomina “niño desobediente” sino que en muchos casos, se trata de una desmotivación causada por la mala transmisión de contenidos literarios.



BLOQUE IV: Creación literaria con y para niños de infantil.

Que tema tan bonito. Cómo he aprendido a raíz de él. Me ha encantado saber que tengo en mi poder una gran recopilación de estrategias para crear textos, ya sea prosa, verso o teatro. Pero lo más entretenido, fue ver que no solo me servirían en un futuro para aplicarlas dentro de un aula, sino que yo misma puedo hacer uso de ellas para mis propias creaciones. Bueno, a la vista está en la actividad entregada. Mis clases de dramatización, antes nombradas, hubieran sido ya excelentes de haber tenido estos recursos en mis manos. Pero no, nosotros solo nos dedicábamos a aprender poesías de memoria y luego recitarlas y, aun así, ya me alucinaban. Imagínate…

He de confesar que hubo una cosa del contenido que me dejó muy pensativa. Cosa que seguramente, a muchos les pasó inadvertida y es el caso de un “poema absurdo”, que de absurdo solo tiene la apariencia, sino que es  una mera estrategia del autor para lograr un fin determinado. Por ejemplo: “El aburrimiento” de Rafael Alberti. Por ello pensé que la poesía es algo muy subjetivo, y donde algunos ven maravillosas obras, otros solo un sinsentido. Porque si este poema hubiera sido creado por otra persona menos consolidada, ¿sería igual de bonito? ¿Se le otorgaría el mismo valor? Ello me lleva a pensar que la poesía está íntimamente ligada con la imaginación y la creatividad, pero no solamente para crearla, si no para interpretarla.



BLOQUE V: Biblioteca de aula y rincón de lectura

Este tema ha sido el que menor interés me ha suscitado. Quizá porque me ha pillado finalizando el semestre y estoy más cansada, o tal vez porque ha sido con el que menos he aprendido. Y con esto no quiero decir que no sea interesante, o que lo que en él se cuenta no me haya aportado aprendizajes nuevos, pero no me ha resultado tan atractivo como los bloques anteriores. Y fíjate que paradoja, porque quizá sea uno de los que más consulte o utilice en mi práctica profesional, ya que el día que decida hacer una biblioteca de aula, sin duda desempolvaré mis apuntes y me apoyaré en ellos para realizar un buen trabajo. Pero sobre todo, he aprendido poniendo en práctica la formación de esta biblioteca de aula en la actividad numero 5. Me ha sido muy valiosa la información acerca de los recursos que podemos disponer para hacer un rincón de lectura.

Como a diario, soy tutora de un aula de 2-3 años, a pesar de mi aparente desinterés por este bloque, su lectura me sugirió una actividad que he puesto en práctica. No se trata de una biblioteca, pero por lo menos acerca a los niños al gusto y al placer por la lectura, que al fin y al cabo, de eso se trata. Decidí hacer que cada uno de ellos trajera al aula un libro, pautando las características de éste, para que se tratara de lectura de calidad. Cada semana lo intercambiamos, de manera que cada niño se lleva un libro nuevo a casa para leer y posteriormente vuelve al aula para ser intercambiado por otro. A las alturas de curso en las que estamos y los pocos recursos con los que cuento, se me ocurrió organizar esta actividad que, entre nosotros, está siendo un éxito. Cada semana los niños se llevan a casa ilusionadísimos el cuento de un compañero y hasta los más locuaces, el día que lo devuelven cuentan ante la clase de qué trata. ¡Bravo!



Para finalizar mi artículo debo felicitar la maravillosa metodología elegida para cursarla. Sin duda nadie puede decir que no se trabajan los contenidos a conciencia, haciendo ver innecesario un examen final donde jugarte la nota a un todo o nada.

Mucha gracias Irune, porque cursar esta asignatura de este modo tan motivador y práctico, supongo no debe ser nada fácil para una profesora que dedica largas horas a leer, leer y leer un trabajo tras otro. Gracias. Tu práctica de la enseñanza es un modelo a seguir. Cuánto me hubiera gustado en mi infancia toparme con una profesora de estas características. 






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jueves, 19 de mayo de 2016

Biblioteca de aula y animación a la lectura

Biblioteca de aula y animación a la lectura

En esta actividad se llevara a cabo un RINCÓN DE LECTURA  para un aula de infantil de segundo ciclo.
Trabajo realizado entre Maribel Gómez, Leonor Perucho y Gabriela Molina.



¿Por qué una biblioteca de aula?

La literatura infantil, en este etapa, es una pieza clave para el desarrollo integral de los niños, por lo que se debe intentar poner a los pequeños en contacto con los libros y otros materiales desde muy temprana edad ¿Y qué mejor manera que mediante la creación en el aula de un clima propicio a la lectura y motivando a los niños de una forma lúdica?

De esta manera, es importante contar, entre los recursos educativos, con un rincón en el que se sitúe nuestra biblioteca de aula.

A la hora de comenzar esta actividad lo único que teníamos claro era que nuestro rincón de biblioteca tenía que ser un lugar mágico de encuentro con los libros ya que así, conseguiríamos crear en los niños la necesidad y las ganas de consulta y disfrute, fomentando el interés por la lectura y la escucha activa de historias.

El  niño desde pequeño, descubre en el libro todo un mundo lleno de interés, de color y de imágenes. Toda una fuente  de conocimientos que desarrollarán  su perfil intelectual y personal.

La biblioteca a esta edad, debe representar un elemento vivo  y debe reunir en sí la suficiente cantidad de formatos, temas e ideas como para satisfacer, en todo momento las diferentes inclinaciones de los niños de la clase, por lo que partimos de la idea de que, además, debe ser el centro integrador de otras actividades y situaciones escolares.

El hecho de que los niños y niñas de estas edades no sepan leer aún, no significa que no puedan disfrutar de los libros. Tenemos que tener en cuenta que  los niños no llegan vacíos de cultura literaria a su primer contacto oficial con la literatura en  la  escuela.  Antes  de  saber  leer  y  escribir, hemos visto como  los  niños  y  niñas  participan  en manifestaciones  folclóricas  que  los  acercan  a  la  literatura,  al  igual  que  ocurre  con  las canciones,  juegos,  nanas,  cuentos  o  adivinanzas,  es  decir,  están  en  continuo  contacto con experiencias lectoras naturales. Como hemos estado viendo durante estos meses, hay muchas actividades y aprendizajes que se pueden llevar a cabo a través de la biblioteca de aula.

Queremos incidir en la idea de que la Biblioteca de aula no es sólo un  centro  de aprendizaje  indispensable  para  la  formación  del  hábito  lector,  sino que además es un lugar donde  los  niños  investigan  y  resuelven  problemas  por  ellos  mismos  y  donde  tienen  lugar múltiples situaciones de enseñanza-aprendizaje que fomentan el desarrollo de  la  imaginación  y  la  creatividad. Intentaremos, así pues,  que nuestra biblioteca sea un  lugar  de  encuentro  cultural, creativo y un  espacio socializador.

En ella queremos que el libro pase a segundo plano ya que, además,  intentaremos fomentar en el niño otros aspectos  tales como aprender a cuidar y preparar su  biblioteca, así  como  también asumir la responsabilidad  de  su  conservación  y uso adecuado. Además, se favorece la motivación lectora de forma más directa que desde la biblioteca  escolar,  dado  que  tenemos  unos  “usuarios”  fijos  y que conocemos  sus  intereses, necesidades  y  características.  De  este modo, todos  los  recursos  que  aquí  encontramos estarán más adaptados a ellos.

Algunos de los objetivos que pretendemos alcanzar serían: despertar el interés de nuestros alumnos por conocer, favorecer que se den situaciones de  aprendizaje motivadoras que ayuden al progreso individual del niño, según sus capacidades e intereses, fomentar su conocimiento de la organización de una biblioteca ( algo que en los años venideros les facilitará su búsqueda de información),  capacitar a los niños para reconocer en el libro y demás materiales los instrumentos que le harán progresar desde el punto de vista cultural y social, desarrollar el gusto de leer y por tanto, la posibilidad de conseguir un buen hábito lector en el futuro, favorecer la adquisición de hábitos de consulta ya que son la base para el estudio y la investigación. En definitiva, convertir el proceso de aprendizaje en activo y motivador.



Diseño, Situación y Decoración

A la hora de pensar la ubicación, el diseño del espacio,  el mobiliario y la decoración de nuestra biblioteca de aula, el objetivo principal que debemos perseguir es el de crear un lugar agradable, tranquilo, acogedor, cómodo y bonito a fin de que nuestros niños se sientan a gusto y puedan disfrutar de la lectura como es debido.

A parte de todo esto, el rincón de la biblioteca conlleva a que el espacio sea luminoso, decorado con colores cálidos para estimular la relajación y la tranquilidad, acompañado de detalles y objetos de colores fríos para no perder la estimulación y la energía. Todo esto hará que no se convierta en un lugar de paso, que invite a sentarse, a ver libros  a escribir cosas interesantes, a compartir, a observar, ojear, manipular todo lo que allí se encuentra, sabiendo que esos elementos están sólo allí, no   hay   otro   espacio   donde   encontrarlos,   haciendo   que   ese   lugar   sea   especial.   Por   ello sería conveniente y bonito que sea una creación en la que todos participáramos  (cuando decimos todos nos referimos a profes y niños) para que sea un reflejo de lo que todos pretendemos que sea nuestra biblioteca de aula.

Otra cosa que hemos tenido muy en cuenta es que tiene que ser un espacio lo más funcional posible para adaptarse a diferentes momentos de la jornada: lectura silenciosa del niño que ha terminado una actividad y desea ojear un libro dentro de unas normas, realización de actividades programadas como la hora del cuento, juegos de lenguaje oral, lectura de láminas, etc. Vamos a intentar tener todo o casi todo lo necesario para guardar los libros colgado de la pared para que el transformar el rincón no sea una tarea difícil.

Teniendo en cuenta que no se suele disponer de mucho presupuesto, vamos a crear un rincón en el que la mayor partida presupuestaria vaya destinada a la compra de buena literatura infantil. Esto también nos va a ayudar a echar mano de la imaginación para crear un rincón confortable utilizando recursos fáciles de encontrar y por qué no “reciclados”, huyendo, pues, de la típica estantería comprada en Wesco.

Cuando   hablamos   de   confort   y   creación   de   un   lugar   cálido   nos   referimos   a   recrear un espacio   diferenciado,   utilizando   materiales como   una   alfombra grande que cubra todo el suelo de nuestra biblioteca, cojines de todos los tamaños, colores y formas posibles, peluches, colchonetas e incluso  mantas,  para  los  meses  más  fríos.    ¡¡Sería genial hasta tener un sofá!!

Esto no sería tarea difícil porque muchos   de   estos   elementos están en nuestras casas o en las de los niños y podemos rescatarlas (formando así un lugar más cercano al grupo y personal, si cabe) para  ubicarlas   en   un   lugar   de   la clase que inviten a sentarse, tumbarse… y leer por leer… por el placer de hacer algo relajado y con lo que disfrutamos.

Otra propuesta podría ser un dosel de cuna, cortinas, telas o incluso una caja gigante decorada previamente,   que   creen   un   espacio   para   la   lectura   más   individual, íntima y concentrada ya que los   niños  suele   buscar el “envolverse” para sentirse   a   gusto.





Los libros estarán colocados en diferentes soportes para crear un ambiente más divertido. Así pues podemos tener las revistas y periódicos en cestillos, los “prestados de otras bibliotecas” en compartimentos (fotografía 3), nuestras creaciones colgadas (fotografía 4), los que nos traemos de casa para compartir en archivadores con nuestra foto (fotografía 5) y los libros de nuestra biblioteca en  estantes. Todo esto estaría al alcance de los niños y en la medida de lo posible exhibido con la portada a la vista, pues serán los dibujos los que motiven su interés. Además, el rincón de la biblioteca, debe servir como espacio socializador, por lo que su distribución debe ser la idónea para fomentar las relaciones con los demás y para aprender a emplear ese lugar de manera autónoma.

En  la  pared,  colocaremos  de  manera  centrada  las  normas  de  la  biblioteca, que serán  redactadas  y  decoradas  de  manera  grupal  a  lo  largo  de  varias  sesiones  y, además,  estarán  acompañadas  con  dibujos  que  ayuden  a  comprenderlas  y  cumplirlas.

Del  mismo  modo, sería interesante dedicar otra pared al completo para hacer un espacio mural dedicado al mundo lector. Pediremos la colaboración de las familias para que nos envíen fotos leyendo en casa (con las familias y su libro favorito, ellos leyendo….), esas fotos las imprimiéremos y  pegaremos en esa pared junto a los  dibujos  que los niños hagan en relación a las cosas interesantes que van descubriendo en la biblioteca (en el rincón de biblioteca tampoco puede faltar material para el dibujo y la escritura: pinturas, lápices, papel….). Debido  a  la  ratio  niños por  aula  en  la  actualidad,  nos  limitaremos  a  colgar  unos  cuantos  y,  cada semana,  los  cambiaremos  por  unos  nuevos. Otra parte importante de “La pared del lector” estará destinada a colgar por nuestra parte fotos de libros e ilustraciones utilizándolas como un componente motivador para escoger algunos de los libros que aparecen en las fotos.


Ilustración 1. Tatami de creación propia.



 Ilustración 3. Libros prestados.



Ilustración 4. Creación propia.



Ilustración 5. Para compartir.




Así pues, a modo gráfico, nuestra biblioteca quedaría así:



















Contenido y fondos

A la hora de seleccionar los libros y recursos que queremos ofrecer en nuestra biblioteca, nos vienen a la cabeza miles y miles de títulos. Por ello, nos hemos basado en unos criterios para la selección de éstos, ya que más que la cantidad, queremos  asegurarnos de la calidad del contenido. Hemos valorado:

-         -  Temas que vamos a tratar a lo largo del curso.

-          - Edad de los destinatarios.
-          - Proceso de maduración cognitiva.
-          - Calidad de los libros: tema, valores, lenguaje, ilustraciones, tipo de texto y formato.
-          - Adecuación a los intereses y capacidades de los lectores.
-          - Variedad de funciones: para diversos tipos de lectores y también que ofrezca un amplio abanico de experiencias literarias de calidad (poesías, cuentos, álbumes, etc).

El contenido de nuestra biblioteca se adaptará a la edad de nuestros alumnos: 4-5 años. Debemos basarnos en su desarrollo evolutivo para crear un rincón  de lectura atractivo y garantizar así el éxito de nuestra biblioteca. En este momento, sabemos el que pensamiento del niño está ligado a significados inmediatos, no ejecuta todavía operaciones mentales y responde a los acontecimientos nuevos en función de su percepción. Le gusta el dibujo, el juego simbólico, la dramatización. Debemos trabajar la lectura de la imagen, descubriendo las figuras dominantes, la localización de objetos, los colores, e ir acompañando las ilustraciones con la narración que las acompañan. 

También es un momento de explosión para la fantasía, y los cuentos folclóricos dan mucho juego. Además nos apoyaremos en fábulas y libros con personajes animados que, a esta edad, gusto mucho y llaman la atención.

De este modo, elegiremos libros donde la imagen sea la protagonista, siempre apoyada por texto, pues a esta edad tienen bastante avanzado el desarrollo del lenguaje oral y ello hace que tengan la capacidad de comprender las historias, seguir el orden de los acontecimientos (siempre lineal), y con contenidos familiares. 

Nuestra biblioteca constará de:

-         - 20 libros nuevos, elegidos meticulosamente por nosotras.
-         -  Revistas educativas.
-          - Libros que los niños traen prestados de casa para compartir.
-          - Libros prestados de la biblioteca pública.
-          - Libros hechos por nosotros/as.

Las revistas educativas estarán, como antes hemos explicado, en cestillos. Se intentará ir renovando periódicamente para que no queden obsoletas.

También haremos un hueco a los libros que los niños pueden traer de casa para dejar en la biblioteca y compartirlos con los compañeros. Explicaremos que se trata de un lugar donde traer esos títulos que tienen en casa y no hacen caso, o por el contrario, libros que a ellos les gustan mucho y quieren así, hacer partícipe al resto. Es una buena manera de trabajar el valor de compartir y poder jugar con una gran variedad a la hora de la selección de alguno de ellos.

Periódicamente también, las maestras/os traeremos libros prestados de la biblioteca pública, pudiendo elegir libros específicos para trabajar determinados objetivos o, simplemente, libros con grandes historias.

En la pared, colgaremos con cordones los libros hechos a mano. Pueden estar hechos con clasificadores, tapas de cartón, cartulina, con bayetas… hay infinidad de ejemplos y se trata de un recurso de lo más lúdico y original.

Dejaremos un rincón donde se expondrán los cuentos clásicos. Se trata de todos esos libros que, por más años que pasan, siempre gustan tanto a grandes y pequeños.

El listado de libros nuevos es:
1.                  Rosa caramelo de Adela Turín y Nella Bosnia
2.                  ¿A qué sabe la luna? de Miechael Grejniec
3.                  El monstruo de colores de Anna Llenas
4.                  En busca del beso de Beascoa
5.                  El cazo de lorenzo de Isabelle Carrier
6.                  Un libro de Hervé tullet
7.                  Pequeño azul y pequeño amarillo de Leo Lionni
8.                  Por cuatro esquinitas de nada de Lerome Ruillier
9.                  Tú y yo osito de Martin Waddell
10.              El león que no sabía escribir de Martín Baltscheit
11.              Elmer de David Mckee
12.              No quiero ir a dormir de Julie Sykes
13.              La vaca que puso un huevo de Andy Cutbill
14.              Cuéntame el día que nací de Jamie Lee Curtis
15.              Adivina cuanto te quiero de Anita  Jeram y Sam Mc Bratney
16.              Besos, besos de Selma Mandine
17.              Todos sois mis favoritos de Sam Mc Bratney
18.              Un bicho extraño de Mon Dapota
19.              Un culete independiente de José Luis Cortés
20.              El topo que quería saber quién había hecho aquello en su cabeza de    Wermer Holzwarth y Wolf Erlbruch

Listado de cuentos clásicos:
1.                  Caperucita roja
2.                  Los tres cerditos
3.                  El patito feo
4.                  Hansel y Gretel
5.                  La cigarra y la hormiga
6.                  El gato con botas



Organización y gestión

El rincón de lectura estará abierto para todos los niños/as que lo quieran visitar; en los ratos libres, cuando terminen sus  actividades o incluso si llegan temprano al aula.
Además de esos tiempo libre, donde ellos mismo decidirán ir al rincón de lectura se incorporara en la rutina semanal LA HORA DEL CUENTO.

Para que cada alumno pueda sacar libros de nuestra biblioteca y llevárselos a casa.            Crearemos un sistema numérico de colores, cada libro dispondrá de una pegatina en el lomo (un gomet de un color y un número).
En el lateral de una de nuestra estantería tendremos sobres de tela de cada uno de los colores. Y nuestros alumnos tendrán fotos suyas plastificadas con su nombre, por lo que cuando seques un libro pegaremos un gomet detrás de la foto del alumno, con el número de libro y él mismo,  se encargara de meterlo en el sobre del color correspondiente.



Dinamización y animación

El objetivo de una buena animación a la lectura es que el niño no lector o poco lector, descubra el libro. Ayudándole así a pasar de la lectura pasiva a la activa y desarrollar en él el placer de leer. Por eso, vamos a introducir al niño en la literatura, mediante una lectura que pueda comprender, que le haga disfrutar y con la que, además, reflexione.

Empezaremos este acercamiento a la literatura con un taller práctico: “Hazte tu propio cuento”. Seleccionaremos materiales para que cada niño participe en la elaboración de su propio cuento. Es algo sencillo que, a estas edades gusta mucho, y así iremos completando el rincón de los libros hechos a mano.


Estrategias para la animación.   

- Enseñaremos la portada de un libro y pediremos que inventen un título e irán diciendo qué creen que se cuenta en ese libro.

-  Enseñaremos una foto del autor y simularemos una conversación telefónica con él acerca de  cómo viste, cómo es, que creemos que le gusta… Más tarde, preparemos una visita del autor a la escuela. Podrá ser real o simulada.

- Inventaremos un cuento entre todos con los “cuenta-cubos”. Se trata de 3 cubos o dados con pequeñas ilustraciones. Cada uno nos aporta un elemento para la invención del cuento.  El primero el personaje protagonista, el segundo un lugar y el tercero un objeto. De este modo podemos crear un cuento con estos tres elementos, solo con dos de ellos o utilizar varias ilustraciones de uno solo. 













- Lectura equivocada. Durante la narración de un libro, llegaremos a un punto en el que la interrumpiremos y pediremos que inventen cómo creen que continúa. Podemos cambiar el final y hacer que un mismo libro tenga varios desenlaces.

- Binomio   fantástico:   elegiremos 2 palabras al azar e inventaremos entre todos un cuento a raíz o en torno a ellas.

- Dramatización: a medida que vamos narrando un cuento vamos representando todos a la vez movimientos o expresiones que la historia susciten. Por ejemplo: “Y el elefante se fue muy enfadado” = damos grandes pasos de elefante con cara enfadada. 




Bibliografía

Labajo, I. Bloque 5, modulo docente Literatura Infantil (2016). Madrid: La Salle.

Rueda, R. “La biblioteca de aula infantil: el cuento y la poesía” (1998) 3ªEd. Madrid Narcea

Bermejo, I. (2015, ABRIL 2). Animación a la lectura y escritura creativa. [mensaje de blog] Recuperado de: http://lapiceromagico.blogspot.com.es/2015/04/cubos-para-inventar-cuentos.html


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viernes, 6 de mayo de 2016

CREACIÓN LITERARIA CON Y PARA LOS NIÑOS


¡Guau! He alucinado con todas las estrategias que se exponen en la teoría de este tema 4 para la creación de textos. Algunas tan sencillas y bonitas a la vez, que al mismo tiempo que iba leyendo cómo hacerlo, me iban viniendo a la cabeza ideas de qué y cómo poner en práctica las estrategias con un grupo de niños. ¡Qué divertido!

También he de contar, que todas estas emociones me ocurrieron mientras leía los apuntes, y que una vez que cogí teclado y ratón para ponerme en marcha con la actividad, me quedé en blanco, y me ha costado bastante trabajo hacer algo que mereciera la pena colgar en este blog.
Aun así, me ha gustado mucho la experiencia, y sobre todo pensar, que con más calma y algo más de tiempo, creo poder hacer cosas muy bonitas.



CREACIÓN EN PROSA

Me llamaron la atención varias estrategias, muchas de ellas muy originales, como “el cuento al revés” o “la estructura de un cuento en otro espacio”. Pero después de darle varias vueltas, he escogido “historias en primera persona”.
Una vez que decidí la estrategia, me puse a pensar cuál sería el protagonista de mi historia, y casualmente, mi reloj de pulsera me estaba haciendo daño y decidí quitármelo. Cuando lo dejé en la mesa, se me encendió la bombilla y pensé que el tiempo me podía a dar mucho juego.

Este pequeño relato está enfocado para una edad de entre 5-6 años. ¿Porqué no enseñarles a leer la hora? Se trata de una habilidad matemática que puede resultar de lo más lúdica. Y, como sabemos, es a esta edad a la que un niño comienza a tener las capacidades necesarias para comprender la difícil tarea que es, el significado del tiempo y cómo se mide. Por todo ello, os presento la singular historia de un reloj.  

LA HISTORIA DE UN RELOJ
Pobre de mí, solo soy un reloj de pared grande y antiguo. Me tienen olvidado en el desván y casi no me queda cuerda para cantar las campanadas que tan alegremente daba de niño en el salón principal de este caserón. Mi nombre es Ticciano, aunque todos los enseres de esta casa me solían llamar Tic. Recuerdo aquellos años con mucha ilusión porque, a pesar de estar quieto y no moverme, toda la familia dependía de mí. A veces me miraban con miedo y nerviosismo, yo creo que no les gustaba la hora que marcaban mis agujas. Otras, venían corriendo, se asomaban y me observaban con ilusión. “¡Ya queda poquísimo!” gritaban. En ocasiones, se sentaban a leer casi casi en mi regazo y cuando hacía sonar las campanadas, se levantaban, cerraban el libro y se iban. Po lo visto yo les avisaba de que era la hora de hacer algo. Pero lo que más, lo que más me gustaba, es que un día al año preparaban una gran cena a la que acudía toda la familia. Me hacían una fiesta y pasábamos horas celebrando y riendo todos juntos. Y siempre en mi honor. Lo sé, porque durante horas, me miraban nerviosos, excitados y exaltados. Y cuando yo cogía aire y hacía sonar mis 12 campanadas como en todo el año jamás lo había hecho, ellos comían uvas y al acabar me gritaban ¡¡¡felicidades!!! Qué tiempos aquellos… 

Mi primo, sin embargo, sí que tiene suerte. Él nació reloj de pulsera, Casio, y por más que pasa el tiempo, siempre está de moda. Así que no para de ver mundo y dar vueltas de un lugar a otro. Además el muy vago se limita a hacer un pequeño y casi insonoro “pi, pi” cuando da la hora en punto, y por no tener, no tiene ni agujas. ¡Qué pena la mía!

Uiiii, ¿Pero qué oigo? ¿Son personas que suben al desván? ¡Ya se, haré sonar las campanadas!
¡¡¡¡¡¡¡¡POOOOMMMMM!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡POOOOMMMMMM!!!!!!!!!!!

-         -  ¡Juan mira! ¡Aquí está el reloj de mi padre al que tanto cariño le tenía! ¡Qué bien! ¡Qué alegría! Creí que se tiró en la última reforma.
Lo bajaré al salón principal y volverá a estar en el sitio que le corresponde, porque donde esté una buena campanada, que se quite Casio, Rolex o hasta el cantar de una rana.  





CREACIÓN EN VERSO

Qué bonita es la poesía y cuantas diferentes estrategias hay para plasmarla en un papel. Sin duda, para mí,  se trata de la palabra convertida en belleza. Personalmente, nunca me he arrancado a escribir nada porque siempre creí que una creación en verso se trataba de algo complejo y casi inalcanzable. Pero he aquí mi sorpresa, al darme cuenta que soy capaz de escribir algo de este género. Sí, es cierto, es algo muy sencillo, pero bastante mono, para qué negarlo.

Aunque a veces se trate de un género un poco olvidado en infantil, la poesía es primordial para los niños. De este modo juegan con la musicalidad y el humor que aporta, estimulando la imaginación y la sensibilidad.
Para mi siguiente composición he elegido la estrategia del encadenamiento porque, tras ver ejemplos, me pareció una forma muy bonita y original de hacer un poema. Se trata de una creación para niños de 5-6 años. Además, al empezar cada verso con la misma palabra con la que acaba el anterior, capta la atención de los lectores, pues no es un tipo de lectura muy habitual.


Este pequeño poema ha surgido a raíz de mi padre. Él es gran lector y escritor y a su vez, dedica su tiempo a la vida en el campo cultivando almendra. Así que de la poesía, mi padre y el campo, surgió esto:


En el campo había un hombre.
Un hombre que cultivaba árboles.
Árboles llenos de flores.
Flores que crecían en las ramas.
Ramas de las que brotaban almendras.
Almendras que se caían maduras.
Maduras almendras cogía un hombre.
Un hombre que había en el campo…






CREACIÓN DRAMÁTICA

Me encantó la idea de crear una obra dramática a partir de un juego de rol. Se trata de exprimir la imaginación al máximo, y de donde pueden salir historias alucinantes. De momento, me planteé esa estrategia como la principal, pero el tiempo me ha jugado una mala pasada, y quise ponerla en práctica con un grupo de niños en concreto, a los que desgraciadamente, no me ha dado tiempo  a ver. Así que me dije: ¡Leonor ánimo, piensa! Y echando un ojo a mi biblioteca, me encontré con dos personajes muy singulares: Elmer y el monstruo de colores. Ambos protagonistas de dos historias apasionantes, que llenan de alegría las estanterías de libros de muchos niños. Y aunque no lo parezca, ambos tienen características comunes. La primera y más evidente es que sus historias giran en torno a los colores. Así que me puse manos a la obra y pensé ¿qué pasaría si se encontraran este elefante y este monstruito? ¿Qué se dirían? ¿Qué podrían aprender el uno del otro?  

Puesto que se trata de una prolongación de ambas historias, esta creación es para niños de 3-4 años, es decir, la edad a la que van dirigidos estos libros.



NARRADOR: En una selva muy lejana, vivía un elefante muy especial. Se llamaba Elmer.
Elmer tenía una trompa larga y elegante, grandes patas y unas orejas enormes, con la que podía oír a kilómetros de distancia. Aparentemente era un elefante normal y corriente, pero Elmer tenía una peculiaridad. Elmer era de muchos colores. Era de color azul, rojo, verde, amarillo, rojo y negro. Todos sus amigos se metían con él por su aspecto, así que Elmer, triste y cansado, decidió alejarse de su manada y emprender su propio camino.
Pasó días andando hasta que de repente, se encontró a un monstruo muy original, era verde, con dientes largos y cara fea.

MONSTRUO (M): ¡Uiiii! ¡Qué elefante tan bonito!

ELMER (E): ¿Bonito? Mis amigos se meten conmigo porque soy diferente a ellos.

M: ¿Diferente porqué? ¿Cómo son tus amigos?

E: Ellos son de color elefante y yo, mírame, soy de muchos colores. Me llamo Elmer.

M: Querido Elmer, no estés triste, tus amigos no lo entienden. Todos los seres que habitamos el mundo somos de muchos colores, lo que pasa, que estas algo confundido y por eso, tu piel es de muchos colores a la vez. ¿Me ves? Yo soy verde, porque estoy en calma. Tranquilo como los árboles y como el viento que sopla. Pero si me haces enfadar, verás que mi piel cambia de color.

E: ¿A sí? ¡Feo, bobo, malos pelos!

NARRADOR: El monstruo empezó a ponerse rojo como un tomate hasta casi estallar de ira. Y cuando se calmó, le explicó:

M: ¿Has visto? Cuando uno está muy enfadado se pone rojo como una manzana. Feroz como el fuego.

NARRADOR: Elmer, seguía sin entender nada, y muy confundido se puso a llorar. El monstruo, al verlo, sin saber qué hacer para calmarlo, se contagió, y lloró junto a él. Cuando el elefante levantó la vista, se quedó perplejo. Ahora el monstruo era de color azul.

E: ¿Y ahora? ¿Qué te pasa?

M: Cuando uno está muy triste, se pone de color azul. Azul como el mar y los días de lluvia.

N: Elmer empezó  a entenderlo todo.

E: ¿Y negro? ¿Alguna vez te pones de color negro?

M: Por supuesto, en cuanto tengo un poquito de miedo, mi piel se vuelve negra. Negra como este cuadradito que tienes tú aquí.
Elmer, lo que te pasa es que tienes todas tus emociones muy desordenadas. Pero, poco a poco, te enseñaré a utilizarlas. Ven conmigo y verás qué fácil es. A mí me enseñó una buena amiga mía…

NARRADOR: Aquella pareja tan singular se fue alejando. Estaban alegres y dispuestos a empezar la gran labor que tenían por delante. Desde lejos se podía ver como caminaban un gran elefante de colores y un monstruo, pero esta vez, el pequeño monstruo era de color amarillo… 





































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